El indulto a Fujimori Fujimori se dio aquí, en Alemania justo a
medianoche: a las doce. Y como un golpe
repentino me acordé cuando poníamos con cuidado a Jesús en su Belén, justo a medianoche, antes nunca. Y
esa exactitud del presidente peruano fue tan puntual como la hora alemana, y esa exactitud fue dolorosa. Indultado y con gracia presidencial. Gracia, gracia, gracia...Y más desgracias.
Y volví a la medianoche, y a Lima. Me acordé que una
vez hice un nacimiento (pesebre) de jabón de pepa, eran tremendos
jabones listos para ser tallados por mí, sin ser madera. Mis figuras eran frágiles, sobre todo la del niño Jesús, tan frágiles, pero todos las queríamos. Y me doy cuenta más que nunca de todo, y no quiero
hablar, como cuando era chica, y no quería hablar. Y sólo hablaba con
los niños del barrio inventando las historias y diciéndoles por donde tenían que salir, como una directora de teatro. Y todos se peleaban por los roles, y todos querían que les contara la historia. Ahora no sé qué contar porque siento que han dejado caer a ese niño Jesús.
Heidelberg, 25 de diciembre de 2017