Como no eres mi casero,
ni cuido a tus hijas,
no saldré más al mostrador
ni tampoco a la ventana.
ni tampoco a la ventana.
Ve por la que toca tu puerta traviesamente,
o por su igual hermana.
Para otro lado voy yo.
Ya no me atrapas, ni me hieres.
Porque ni soy tu casera,
ni cuido a tus hijas.
Natalia Lévano Casas
Heidelberg, 10 de diciembre de 2015
Keine Kommentare:
Kommentar veröffentlichen