Y llegas al aeropuerto de Fráncfort y preguntas a dos conductores alemanes por el bus de Lufthansa que va a Heidelberg, y te dicen que no son de aquí. Les creo para no molestarme. Después, un tipo, seguramente extranjero como yo, me pregunta qué es lo que necesito. Me informó muy bien. Al llegar a la mitad del sitio a donde iba, vuelvo a preguntar, pero ya no veía en mi teléfono el whatsapp, y un muchaho, de unos 23 años, no sé si ruso o turco, esta vez mi cansancio no me hizo reconocer su acento al toque, me dice: ¿pero por qué tienes un Nokia? Nokia con windows no sirve. Me he reído tanto. Después le dije que me ayudara a subir esas escaleras eléctricas con mi equipaje. Como el joven no podía abandonar su puesto, empuja mi carrito hacia las escaleras, y me dice: pues no tienes que hacer, nada más espera hasta el final. Jajaja, ya no pude decirle gracias porque esas escaleras son muy rápidas, y para mí, muy peligrosas. Al llegar al sitio del bus, no vi bien si era una parada o no, no había muchos detalles, pero una de las trabajadoras de información de la estación de trenes en el aeropuerto me explica detalladamente dónde está, y confirma que yo estaba bien en el lugar hallado. De todas maneras pregunto por allí dos veces más. Una muchacha me dice que no cree que sea allí, y después grita, ay, sí es aquí, aquí dice Luhftansa express, jajaja. Al final al hablar me contó que era de Heidelberg, me prestó su fono para llamar a mi comadre quien me recogió en Heidelberg. Y me dijo que conocía al hijo de una súper amiga mía y que se verían hoy. Al final resulta que al hablar hoy con esa amiga alemana, me entero que ella es la tía del niño que será bautizado hoy, el padrino es el hijo de mi amiga. Que recontra chico es el mundo.
Más tarde fuimos al teatro porque mi ahijada actuaba. Ella me impresionó porque pese a su corta edad estaba muy concentrada. Bravos aplausos para ella.
Ahora desde la mañana brilla el sol por mi ventana y los pajarillos y loros adaptados al frío vuelan y cantan. Todo muy bonito.
¡Extraño Lima!
Natalia Lévano Casas
Heidelberg, 22 de enero de 2017