Hoy comencé a ordenar mis estantes. No por ninguna orden policial, sino más bien el desorden mío es lo que me obliga a ordenarme. Además porque necesito dos espacios sumamente organizados para volver a pintar, y para escribir, y borrar, y terminar el texto de la puesta que tendremos en noviembre.
Y al ordenar veo diferentes cosas que me sirven, y me ponen triste, y otras que olvidaré por siempre.
Hoy temprano, abajo, en la cera de al frente de mi casa. |
Una pausa necesaria con café. Y no sé si mi café delata algo, espero que no. |
Escribí esto en junio de 2016. |
Y los ojos de unos rostros dicen siempre algo. |
Natalia Lévano Casas
Heidelberg, 2 de agosto de 2017.
Keine Kommentare:
Kommentar veröffentlichen