Las bellotas del bosque caen esta noche en intensa explosión
sobre las calles, los carros y los troncos.
No hay queja alguna, yo les sonrío.
Parecen invitarme a un juego,
y me saludan diciendo: "Búscala, está por aquí".
¿Acaso quieren vernos jugar juntas, a las dos Natalias?
Y esas traviesas estrellas agrupadas esta noche de goteo de bellotas ven asombradas mi cara pecosa cuando adivino:
¿Acaso no eres tú la más danzarina?
Diles que sí, mamá.
Natalia Lévano Casas
Heidelberg, 3 de septiembre de 2011
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