Mittwoch, 5. August 2015

Llegaste tarde

Llegaste tarde,
venías sonriendo,
no dije nada.
De repente comenzaste a disparar ráfagas de alegría
para esparcir mi tristeza
en los queridos mini mundos de tu palacio.

Cerca de tus jardines,
nos esperaba el agua,
y una banca nos invitaba al reposo,
una niña lograba que el agua vuele
y una luz quería ver tu otra cara.

Pasos más tarde:
los helados, la calle y un simpático sastre
cosían con delicadeza un mundo perfecto.
Y al alejarnos dijeron: " buena suerte "
en tu querido idioma.

Después, otra banca nos volvía a acoger,
y la frágil noche me dejaba ver tu rostro.

Natalia Lévano Casas

Heidelberg, 5 de septiembre de 2011

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen